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Joterías intelectuales (presentando a Juan Pablo Castro, Kony 2012 y Benedicto XVI)

En México, este pequeño rincón del mundo, predominantemente conservador, iletrado, supersticioso y racista, el uso de la palabra joto es bastante común y su significado no es ningún secreto para nadie: se usa generalmente para referirse de manera despectiva un homosexual confirmado o supuesto. Pero más recientemente, también puede ser utilizado para burlarse de un pusilánime*.

* Lamentablemente, este segundo uso inició probablemente en clara alusión a la falta de “hombría” de los homosexuales y de las mujeres.

Sospechosos habituales.

Hace unos días recibí con cierta extrañeza, la enorme reacción de las redes sociales y de los medios de comunicación, al comentario de un partidario del PAN en la Asamblea Legislativa del DF, quién denunció al Gobierno de la Ciudad de destruir las instituciones al permitir el “matrimonio entre jotos”.

Lo primero que pensé fue, ¿por qué nos sigue sorprendiendo que nuestros impresentables diputados solo abran la boca para decir estupideces? ¿Qué tiene de novedad que un político exprese opiniones mal informadas o simplemente equivocadas? ¿Qué importancia tiene saber que existe otro mexicano homófobo, misógino o racista? “Pff! Otro ejercicio estéril de rasgado de vestiduras que para mañana será olvidado u opacado por la siguiente monumental idiotez escupida por cualquier otro de los mercenarios oportunistas que tenemos por diputados…” esos eran más o menos mis cuestionamientos minutos después de haberme enterado.

No fue sino hasta después de un buen rato, que me acordé de un post anterior y me di cuenta que esa reacción quizá no era tan desproporcionada como me pareció al principio y que la denuncia al imbécil en cuestión, tan reiterativa y estéril como pudiese parecer, de hecho estaba perfectamente justificada; en palabras de PZ Myers:

Una parte importante de hacer socialmente inaceptables al racismo, sexismo y homofobia, siempre ha sido etiquetar, mofarse y denigrar a los perpetradores de estos males. Tú no progresas pretendiendo que Juan Pablo Castro** es un buen tipo y no haciéndole pagar el precio del estigma público por ser un cabrón aborrecible, si no es llamándolo cabrón aborrecible.

** El nombre original era Fred Phelps, pero el nefasto diputado panista es una adaptación local muy apropiada para las circunstancias.

Respeto inmerecido.

A golpe de costumbre, los políticos mexicanos se han encargado de despojarnos de la utilización de nuestras facultades críticas contra ellos: el acelarado ritmo con la que dicen pendejadas, exhiben su hipocresía y nos restriegan su cinismo, nos ha vuelto completamente insensibles a la indignación y al repudio.

Pero en el fondo, la crítica de los usuarios de redes sociales y de los medios, materializada escandalosamente contra un nombre de otra manera irrelevante, es de hecho una muestra de aversión y parte del precio social de los que hablaba PZ Myers y a final de cuentas, un sano y necesario ejercicio de libertad de expresión.

Sería interesante saber porqué mucha gente del PAN comparte este tipo de opiniones homofóbicas e intolerantes y si algo de ello tiene componentes religiosos, un tema que dadas las circunstancias, es sumamente improbable que aparezca públicamente cuestionado en los medios de comunicación y en las mesas de análisis político. Lo cual se ha convertido en una recurrente frustración personal, por la falta de crítica seria contra eventos o fenómenos de naturaleza religiosa; ¿de qué privilegios goza la religión, sus instituciones y sus adherentes para obligarnos a guardarles un respeto no ganado y un silencio absoluto?

¿Por qué parece ser suficiente que un personaje sea religioso, o que las ideas absurdas o costumbres barbáricas que sustenta tengan el adjetivo de religiosos, para persuadirnos de criticarlos? ¿Por qué es perfectamente aceptable burlarse de un cabrón aborrecible como Juan Pablo Castro, pero completamente fuera de lugar burlarse de otro peor, llamado Juan Pablo II?

Creo que no hay argumento que justifique este respeto inmerecido del que gozan todos esos lunáticos y sus descabelladas ideas, algunas de ellas evidentemente divisorias y socialmente dañinas, que pasan exentas de análisis porque son directa o tangencialmente “religiosas”.

Contraofensiva.

Comparto abiertamente la idea de que adicional al discurso moderado y racional, otra manera efectiva de criticar las ideas de cualquier tipo de intolerante, sea un fundamentalista religioso, un supremacista blanco, un misógino, etc., consiste en burlarse sin ninguna mesura de sus ridículas creencias.

De la misma manera que la foto principal de esta entrada, constituye un revés al diputado homófobo del momento, hay muchas otras maneras en que es posible y justificado emplear la burla y el ridículo para hacer una crítica válida, y cuyo uso no debería ser suprimido sólo porque el tema en cuestión es de naturaleza religiosa.

Con esto en mente y con un deliberado sentido de ironía, que elegí Joterías intelectuales como el título de mi entrada, para criticar la insensatez del diputado homófobo en sus propios términos, y más ampliamente para criticar temas religiosos y recrminiar la actitud pusilánime y despreciable de muchos de sus apologistas, defensores a capa y espada de la corrección política y practicantes fanáticos, que se sienten intocables o fuera del alcance del escrutinio racional, o peor aún, que recurren a la maniobra de hacerse los ofendidos para evitar responder cuestionamientos a sus ideas.

En particular, el tipo de joterías intelectuales que más me han molestado recientemente, tiene que ver con el concepto en inglés de “elephant in the room“, referente a los análisis incompletos u omisiones deliberadas a la influencia y el papel de un participante obvio e inequívoco. Y la religión es el “elephant in the room” de toda una serie de temas, desde el activismo anti-intelectual de los políticos estadounidenses hasta la falta de aceptación de teorías científicas consensuadas como La Evolución por Selección Natural y el Cambio Climático Antropogénico.

En esta entrada he recolectado una pequeña muestra de 3 ejemplos, uno local y dos de relevancia pública, que ilustran perfectamente como la crítica es por desgracia, generalmente inaceptable en el terreno de las creencias religiosas.

Los botones de muestra.

1: Payasadas bíblicas.

Un contacto del Facebook, cristiano evangélico y porrista histérico de un palestino ignorante llamado Jesús, publicó una noticia sobre una sentencia dictada en Irán contra un desafortunado individuo, cuyo único delito consistió en profesar una religión distinta al Islam ¡en una teocracia Islámica! A pesar de que en general concuerdo con él en la gravedad de la injusticia, cuestioné a mi contacto sobre la sinceridad de su preocupación, puesto que el Cristianismo ha actuado en el pasado exactamente de la misma manera con sus herejes y blasfemos, que los fundamentalistas islámicos modernos; también señalé la severidad de los castigos que su Dios utiliza en el antiguo testamento, por ofensas relativamente menores como tentar secretamente a servir a otros dioses (Deuteronomio 13:6-9).

En retrospectiva, su intento de respuesta omite cualquier rastro de humildad y no se diga de autocrítica, gracias al chivo expiatorio que representa para él la Iglesia Católica (siendo Pentecostal, pareció sentir que no tiene vela en ese entierro):

La verdad, como ya te has de haber dado cuenta, yo no soy de los que le gusta utilizar la biblia para debatir, porque yo creo que NO se escribió para eso… Esta parte del antiguo testamento se escribió en el contexto del ”tiempo de la Ley”… estas reglas no son para nuestro tiempo, sino que fueron escritas sólo para ese tiempo y para ese pueblo… Obviamente el rol de la iglesia católica es completamente reprobado por Dios, ya que con la venida de Jesucristo terminó el tiempo de la Ley y comenzó el tiempo de la gracia… Firmaría la carta por un judío, budista, ateo o satanista, de hecho, prefiero que muera alguien que tiene a Cristo en su corazón (incluyéndome) antes de que muera uno de ellos, para que ellos puedan tener más tiempo y tal vez una oportunidad para encontrarse con Dios
No perdí la oportunidad de hacer algunos comentarios a su respuesta, como el hecho de que algunos grupos del cristianismo temprano aceptaban íntegramente la ley judía (los Ebionitas) y de que el mismísimo Jesús (Mateo 5:17) confirma la validez de la ley expuesta en el antiguo testamento; y de que varias doctrinas como el “pacto renovado”, comunes en las diferentes denominaciones cristianas modernas, provienen directamente de fabricaciones de la Iglesia Católica (proto-ortodoxa) y que no se ve como por dónde Dios las repruebe.
Sin embargo, mi objeción más grande fue ¿cómo demonios puede alguien estar tan seguro que su Dios, de que su profeta  y de que su sabor particular de cristianismo le han garantizado la salvación? Su estúpida condescendencia con otras sectas, religiones y denominaciones cristianas me parecen completamente fuera de lugar, y luego de hacérselo saber, quedo igualmente decepcionado con su segundo revire:
Yo no hablo de lo que me dijeron, lo que leí o me enseñaron, sino de lo que CREO, y creo de lo que VIVO… no puedo hablar por los judíos o musulmanes, y menos por las acciones de la iglesia católica (que yo no tuve nada que ver… jaja) pero si puedo hablar de mi experiencia con Dios… la religión Cristiana no es lo correcto, ni ninguna de las otras, sino una relación personal con Dios… y la neta, te voy a ser muy sincero, no quiero debatir contigo, ya he pasado por esto antes y nunca llegaremos a ninguna parte, además si le seguimos vamos a salir con más diferencias de las que ya tenemos
Evidencia anecdótica, mezclada con relativismo, y una negación explícita al debate: en conclusión, ¡puras joterías intelectuales!

2: Kony 2012.

Vía Twitter me enteré de un interesante video viral, informativo, detallado y con gran carga emocional, que denuncia las injusticias de un criminal de guerra y violador masivo de derechos humanos, el crecientemente famoso Joseph Kony. El problema es grave, la preocupación atendible, el método de denuncia innovador y la respuesta aparentemente muy buena.

Pero… terminados los 30 minutos del video, me sentí bastante frustrado (similar a Jorge Maronna al final de La Payada de la Vaca, de Les Luthier) porque el autor omitió sistemáticamente hablar de las ideas que motivan a este peligroso lunático. ¿¡Y… y… y el animal!?

Si el director se dió el lujo de abordar emocionalmente el testimonio de una de las víctimas e incluso hablar sobre el futuro de su propio hijo durante casi la totalidad del video, ¿no pudo haberse tomado medio minuto para explicar las peligrosas ideas que originaron y mantienen a Kony haciendo lo que hace? ¿Qué carajos tiene de malo denunciar los peligros del fundamentalismo religioso? ¿Sería menos impactante su video, si dijera explícitamente que las acciones de este lunático se hacen en nombre de su particular versión del Catolicismo? Quizá la recepción sería un poco menor, pero no se incurriría en obvias omisiones a la verdad.

¡Por Zeuz! El ejercito de Kony, cuyas siglas son LRA significa Lord’s Resistance Army (Ejercito de resistencia del Señor), su causa declarada (y una descarada mentira en el video) es la imposición de una teocracia cristiana en Uganda, regida bajo una interpretación estricta de los 10 mandamientos; Kony es un indefendible fanático religioso, iniciado como monaguillo y adherente del antiguo Movimiento del Espíritu Santo (Holy Spirit Movement), quien iniciaba las sesiones de su grupo guerrillero con oraciones y esparciendo agua bendita.

Vilificar por muy justificado que sea a Joseph Kony sin hablar de la ideología que lo motiva, es cuando menos un análisis muy pobre; como comparativa histórica, no basta demonizar Adolf Hitler, más que otra cosa es necesario hablar de las peligrosísimas y equivocadas ideas de extrema derecha, como la exclusividad racial y el anti-semitismo, que dieron forma a su personaje histórico y a su movimiento político, y que siguen presentes hoy en día. Hitler ya se murió, pero aún hoy existen extremistas neonazis vivos y bastante jóvenes, que se adhieren a las ideas del nacional socialismo y no es posible combatir estas ideas si nuestro análisis es del pobrísimo nivel del video viral sobre Joseph Kony.

En resumen, mi mayor disgusto con el director y los productores de ese video no radica en su incompetencia para utilizar Google, sino invariablemente, en la evidente comisión de ¡joterías intelectuales!

Como bien lo han señalado en numerosas ocasiones Paul Berman, Nick Cohen y el difunto Cristopher Hitchens, parece que los activistas de izquierda, los analistas renombrados y la totalidad de los medios de comunicación, están irremediablemente infectados de una epidemia de deshonestidad intelectual que les impide llamar a las cosas por su nombre, apelando a pretextos timoratos y por miedo a herir a un bonche de impresionables chupacirios. Y este video sobre Uganda es sólo la instancia más reciente de los viejos e inmerecidos privilegios a la crítica de ideas religiosas, que ya se ha manifestado en otros momentos de la historia, como el caso del genocidio de Rwanda y de los conflictos nacionalistas-religiosos, erróneamente calificados como étnicos, de las distintas provincias de la ex-Yugoslavia.

Para mí, esta imperdonable omisión fue razón suficiente para no darle difusión adicional al video; comparto la indignación del director, y coincido en la urgencia de detener a ese despreciable criminal de guerra, pero no a costa de anteponer a la verdad, la corrección política y la sensibilidad religiosa.

3: Joseph Ratzinger en México.

Y el último pero no por ello menos patético ejemplo de mi lista, es la visita del científicamente discapacitado y moralmente intrascendente Joseph Ratzinger, alias Benedicto XVI.

Pareciera ser el único “jefe de estado” que puede venir libremente a México y a cualquier parte de latinoamérica, a escupir propaganda religiosa y meterse en asuntos internos de los países que visita, sin ser duramente criticado en el proceso. Como ejercicio intelectual, sustituye a Joseph Ratzinger y el Vaticano por Mahmoud Ahmadinejad e Irán y a su absurda moral basada en Jesucristo por la absurda moral de la ley Shari’ah, e imagina la posible respuesta de los medios locales y los de Estados Unidos; supongo que será más que suficiente para convencerte de que efectivamente, le damos un trato preferencial a este payaso con sotana y su nefasta iglesia.

Dudo mucho que la gran mayoría de nuestros reporteros, periodistas y analistas políticos sean necesariamente idiotas o desinformados***, más probablemente sea otro caso de joterías intelectuales, porque hay una lista de otras tantas cosas obviamente vergonzosas y criticables relativas a este señor, que solo así se podría explicar su ausencia en los comentarios y el debate de la presente visita papal:

No es sólo que medios generalmente críticos escriban notas completamente tibias e inconsecuentes, o que un estado corrupto a cargo de 52 millones de pobres desperdicie parte del erario público en actividades abiertamente religiosas presumiblemente inconstitucionales, sino la exasperante autoridad moral que tiene el Papa para algunos mexicanos y para buena parte de la clase política mexicana, en temas en los que no tiene, ni es posible que tenga ninguna experiencia u opinión informada. Una figura extraordinariamente privilegiada, y completamente desconectada del mundo y sus problemas, recetando acciones fútiles como la oración, las falsas ilusiones y la superstición como respuesta a los graves problemas de México y los incompetentes politicos mexicanos ansiosos por escucharlo.

Y encima de todo hay algo de evidencia de que incluso para el 80% de los católicos de México la visita del Papa, tan anunciada como ha sido en los medios, aproximadamente les vale madre. Entonces, ¿objetivamente de qué nos sirve como país, una visita de estado de este lunático senil?

*** Ok, ok… ¡está bien! Sí estoy completamente seguro al menos de todos los participantes en el más reciente desfile de lastimoso lamehuevismo:

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=iitnjSg1Nnk&w=320&h=240]

Conclusiones segregadas.

Versión público en general.

Quizá coincidas conmigo en que hay que denunciar enérgicamente y sin tregua a intolerantes como Juan Pablo Castro (PAN), y sus antecesores como Ariel Gómez León (PRD), Cristian Vargas (PRI) y Esteban Arce (Televisa); pero además, quiero invitarte a reflexionar en los casos que te puse de ejemplo y a no cometer el mismo error del director de Kony 2012; ten el atrevimiento de también criticar las ideas que son la causa subyacente de los comportamientos nefastos que denuncias en primer lugar.

Y no contribuyas a perpetuar ese falso y autoimpuesto respeto que tenemos respecto a las ideas religiosas, los argumentos abundan de que la religión, sus instituciones y sus representantes, sus desatinos, sus crímenes, sus deslices y sobre todo su endeble sistema de infundamentadas creencias, también pueden ser libremente criticados con el mismo rigor y severidad que usamos con cualquier otra área del discurso.

Versión apologista religioso o practicante moderado.

Considera que el objetivo principal de esta entrada en realidad no es poner en duda la improbable existencia de las figuras mitológicas de ninguno de los tres principales monoteísmos; solo intento reclamar el derecho a usar la libertad de expresión en todo tipo de temas, justificadamente empleada para llamar a las cosas por su nombre: acusar de hipócritas a quién lo merezca, independientemente de su fachada religiosa; criticar ideas pendejas independientemente de que para otros sean sagradas; y llamar libremente hijoputas a los cabrones aborrecibles que lo merezcan, independientemente de que usen sotana o viajen en papamóvil.

Versión fundamentalista religioso.

No comparto lo sagrado de tus creencias, ni a tus autoridades, ni a tus libros sagrados y me importa poco si te sientes ofendido por mis argumentos. Supongo que si en algo podemos coincidir, espero que sea en el inalienable derecho a la libertad de expresión; al menos siéntete bienvenido a intentar defender tus creencias como mejor te sientas capaz; ten por seguro de que sea cual sea tu método de respuesta, tendré la paciencia de devolverte la cortesía.

Disponible también en Drops on the Moon, por Tonatihu Díaz (@pragmatona).

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