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Por PZ Myers.

Primero fue Chris Stedman, ahora es Massimo Pigliucci. Todos adoran tomar asiento y quejarse de los New Atheists[1], porque son el subconjunto más prominente del movimiento ateo, aquellos que tienen la mayor atención mediática y aquellos que reciben la mayoría de las críticas de los teístas… así que desde luego los filósofos de sillón también deben recibir uno que otro golpe. No estoy del todo seguro porqué; Stedman debe tener su más amable, más gentil, más pegajoso ateismo[2] para promover, y Pigliucci debe tener su más filosófico, más petulante, más racional ateísmo para vender. Asumo que algunas personas sólo disfrutan andar de metiches; no pueden soportar pensar que la estrategia de alguien, incluso si está encaminada a lograr objetivos similares, esté de hecho funcionando y progresando, así que ellos tienen que anunciar y hacer pública su insatisfacción y oposición. Parece tan natural, supongo, que cualquier movimiento en crecimiento en algún momento se encuentre a sí mismo, rodeado no sólo por oponentes sino por metiches y odiosos mirones.

Massimo Pigliucci fue inspirado por dos entradas recientes, una de Greta Christina y otra de Chris Stedman, a escribir un artículo sobre los objetivos del activismo ateísta, y desafortunadamente parece no haber entendido ninguno. Parece que piensa que están de acuerdo en su mayor parte, lo que es una malinterpretación impresionante; Greta escribió acerca de dos tipos de objetivos, pero no estaba tratando de limitarlos a esos dos, mientras que Stedman estaba principalmente ajeno a su mensaje y estaba tratando de argumentar cuán malvados son los New Atheists. Pigliucci de manera similar, falla en entender el mensaje y en su lugar, como Stedman, ignora los diferentes objetivos de los diferentes subconjuntos del movimiento para, de nuevo, quejarse acerca de los miserables New Atheists.

Sabes, si asignara lecturas a mis estudiantes y me vinieran con semejantes problemas de comprensión, los reprobaría.

Déjame ponerlo más simple, con peras y manzanas. Diferentes grupos tienen diferentes objetivos y eso es comprensible. El problema viene cuando los miembros del Grupo A con el Objetivo A’ critican a los miembros del Grupo B con el Objetivo B’ por no haber logrado A’. A debe trabajar por A’ y B debe trabajar por B’ y A no va a impresionar a nadie cuando le diga a B que abandone sus objetivos. Porque B mandará a la chingada a A por ser unos despistados y estúpidos metiches.

Greta fue muy clara al respecto. Incluso terminó el artículo de esa manera, con la importancia de hacernos una simple pregunta: “¿De qué causa exactamente estás hablando? Porque podríamos no estar hablando de la misma”. Pigliucci no se molestó en hacerse esa pregunta. Solo asume que sus objetivos son los objetivos de todo el mundo y por lo tanto, está justificado en quejarse sobre cómo los demás estamos haciendo todo mal.

Lo siento Massimo. Fallaste. Regresa y vuelve a leer la entrada de Greta hasta que la entiendas.

Luego de no entender que diferentes grupos de ateos tienen diferentes objetivos, Pigliucci despliega una serie de quejas comunes que ya antes hemos escuchado muchas veces, de los más timoratos acomodacionistas[3]. Suena exactamente como el Chris Mooney de hace treinta años o más.

Para empezar, Christina hace un argumento al principio de su entrada en favor de el ateísmo confrontacionista, acoplado con un enfoque más amable y gentil, afirmando que esta estrategia de “policía bueno, policía malo” en verdad funciona. ¿Cómo lo sabe? Para citar: “¡Hey, no por nada los policías la usan!”. De manera interesante, no se provee ninguna fuente sobre el grado en que dicha técnica es utilizada por la policía, o si realmente funciona (fuera de las películas), o porqué sería apropiada para el discurso social en lugar de para tratar con criminales.

¿Cómo sabemos que funciona? Porque el ateísmo está creciendo a pasos agigantados, nuevos grupos están surgiendo en todos lados, reuniones con records de asistencia, gran atención de la prensa y montones de nuevos activistas. La estrategia de “policía bueno, policía malo” es de hecho, nosotros actuando amablemente y haciendo lugar para otras estrategias, lo que era una oportunidad para otros puntos de vista de mostrar su merecido prestigio, si solo fuesen lo suficientemente inteligentes para apreciarlo.

Además, si bien sabemos que los acontecimientos han ido en la dirección correcta para nosotros, no andamos presumiendo que estamos siguiendo el mejor de los caminos. Somos bastante serios cuando decimos que otros activistas, incluso Stedman, deberían estar allá afuera siguiendo su propio camino.

Eso sin descontar que el enfoque dual, amable/en tu cara funcionó en el pasado, por ejemplo, con el movimiento de derechos civiles o el concerniente a los derechos de los gay. Pero hay dos cosas que pienso que deberían quedar claras en este contexto. En primer lugar, los ateos en realidad no deberían compararse a si mismos con los negros o los gays, lo que sería un insulto a la gente que ha sufrido auténtica discriminación. Sí, podría no ser políticamente correcto decirle a tus compañeros de trabajo o familia que eres un ateo, y estoy seguro de que algunas personas sufrirían consecuencias psicológicas como resultado. Pero los ateos no están siendo forzados a sentarse en la parte trasera de los autobuses, colgados de los árboles, puestos en prisión, o impedidos de sus derechos electorales como consecuencia. Así que no hagamos comparaciones impertinentes.

Buen intento, camarada. Para empezar, quéjate de que no tenemos evidencia de que lo que hacemos funciona; en seguida, restriéganos que no podemos modelar nuestro activismo en base a otros movimientos exitosos. Ese es el tipo de maniobras sucias que nos hacen dudar de tu sinceridad.

Nadie está alegando que los ateos sufrimos ni cercanamente el nivel de discriminación que los negros y los gays han enfrentado. Pero la táctica de censurar la lucha en contra de problemas menores porque hay problemas más graves en otros lugares, es una maniobra de supresión estándar para mantener el status quo. Si el caso de los ateos es mucho menos extremo que aquel de los negros o gays, debería ser mucho más fácil solventar esas causas menores, al mismo tiempo que se hacen esfuerzos simultáneos para solventar esos otros problemas. Este no es un mundo serial, sino un mundo paralelo.

Pigliucci está haciendo un particularmente depreciable argumento: la idea de que ninguna injusticia debe ser combatida si alguna otra más grande yace en algún otro lugar. ¿Le dirías a un negro que el prejuicio que sufre es irrelevante porque, si quieres ver opresión de verdad, deberías dar un vistazo a los indígenas norteamericanos? Si a esas nos vamos, mientras sigan existiendo lesbianas indígenas norteamericanas, nadie debería estar luchando por la igualdad o por ninguna otra causa.

Aún más, los “policías malos” del movimiento de derechos civiles o gays, rara vez fueron por allí insultando al otro bando, simplemente manifestaron sus propios derechos. Existe una enorme diferencia entre ser confrontacionista en este sentido, de tomar las calles y quejarse estruendosamente sobre los derechos que te son injustamente negados, o ser confrontacionista en el sentido más básico de lanzar insultos a otras personas.

De acuerdo. Así que en los últimos 50 años más o menos, el enfoque de todo el mundo ha sido decir nada más que palabras amables, digamos, Lester Maddox[4], George Wallace[5], David Duke[6], the KKK o George Lincoln Rockwell[7]. Nadie objetó sobre el evidente racismo de los policías que desplazaban a con mangueras de incendios a multitudes negras; ninguno tenía apodos groseros para los intolerantes que abusaron de los estudiantes que abrieron el camino en la lucha contra la segregación [8].

Esas son chingaderas. Una parte importante de hacer socialmente inaceptables al racismo, sexismo y homofobia, siempre ha sido etiquetar, mofarse y denigrar a los perpetradores de estos males. Tú no progresas pretendiendo que Fred Phelps[9] es un buen tipo y no haciéndole pagar el precio del estigma público por ser un cabrón aborrecible[10], si no es llamándolo cabrón aborrecible.

Lo que me recuerda. Muchos de mis colegas ateos son personas inteligentes y amables, pero también hay una tendencia dentro de la comunidad, a pensar que uno es automáticamente amable e inteligente solo por ser ateo, en contraste con todos esos idiotas engañados que creen en cosas para las cuáles no hay evidencia. No se de tu experiencia personal, pero puedo señalar a un montón de gente religiosa que es mucho más inteligente (bajo cualquier definición razonable de “inteligente”) que muchos ateos que he encontrado. Y lo mismo va para ser ético (o no). Así que bajémosle unas rayitas a nuestro auto proclamado virtuosismo, ya que es inapropiado y suena más a intolerancia religiosa.

Creo que suena más a… mojigatería.

Puedes encontrar idiotas regados dentro del ateísmo quienes dicen eso, pero ninguno de los grandes nombres u organizaciones serias dentro del ateísmo hacemos tales afirmaciones. Y aún más, muchos ateos fueron alguna vez religiosos, algunas veces, muy recientemente, y todos ellos tienen numerosos amigos y familiares que son religiosos (somos una minoría, ¿recuerdas?). Pigliucci simplemente está haciendo afirmaciones ridículas para hacerse ver como un tipo sabio y sensible.

Una vez que acabó con los New Atheists, Pigliucci procede a enlistar cuatro objetivos razonables para los ateos: la separación del estado y la iglesia, la aceptación del ateísmo, el combate del dogma y la eliminación del irracionalismo. Están perfectos; puedo apoyarlos y alentar a Pigliucci para continuar con sus esfuerzos para seguirlos promoviendo. También son parte de mis objetivos y pienso que otros New Atheists tampoco tendrán ninguna objeción.

Pero no es suficiente para mi. Tengo otros objetivos en mente y lo que hago es trabajar para lograr mis objetivos, no los de Massimo Pigliucci. Si sólo pudiese entender eso…

Después, intentaré escribir una entrada para describir mis objetivos, que confío serán diferentes de los de otras personas… y porqué no me quejo si Pigliucci y otra gente no sirven a mi voluntad.

Notas de traducción.

  1. New Atheists, es una denominación de un movimiento ateo surgido a raíz de la publicación del libro The End of Faith de Sam Harris, que promueve la visión de que la religión no solamente debe ser tolerada, sino criticada y analizada con argumentos racionales como cualquier otra creencia. A falta de una denominación similar en español, se decidió utilizar la denominación original. Más información aquí (en inglés).
  2. El término original era “fatheism”, a falta de una palabra equivalente, se utilizó genéricamente ateísmo porque no afecta el significado del texto. Fatheist es un término generalmente peyorativo, utilizado sobre aquellas personas que aunque se consideran a sí mismo ateos, son absolutamente acríticos de los excesos de la religión, o bien excesivamente condescendientes con aquellas personas que tienen creencias religiosas, o que a pesar de no tener ninguna fe ellos mismos, consideran que ésta es un aspecto positivo e incluso deseable en otros individuos. Más información aquí (en inglés).
  3. Accommodationist es un término utilizado sobre las personas que son muy moderadas al extremo de ser pusilánimes, en el tratamiento de puntos de vista contrarios. En el caso particular de esta entrada, se refiere a las personas que siendo generalmente ateas, evitan hacer críticas fuertes contra la religión o la gente religiosa y que recriminan sistemáticamente a la gente que sí lo hace, en particular a los New Atheists.
  4. Lester Maddox fue gobernador de Georgia de 1967 a 1971 y un promotor hasta su muerte del segregacionismo racial en Estados Unidos.
  5. George Wallace fue gobernador de Alabama en cuatro ocasiones, y también fue un promotor del segregacionismo racial.
  6. David Duke fue un miembro de Ku Klux Klan, un activista de extrema derecha, fanático religioso, xenofóbico, antiinmigrante, nacionalista y supremacista blanco.
  7. George Lincoln Rockwell fue el fundador del Partido Nazi Americano. Un militante de la extrema derecha, supremacista blanco, segregacionista, negacionista del holocausto, y partidario del Ku Klux Klan.
  8. Seguramente en referencia a los Little Rock Nine (en inglés), un grupo de estudiantes que fueron inicialmente impedidos para entrar a la preparatoria de Little Rock en 1957, por intervención del gobernador Orval Faubus, quién desafió abiertamente la decisión hecha por la Corte Suprema de Estados Unidos tres años antes, sobre la inconstitucionalidad de las escuelas racialmente segregadas.
  9. Fred Phelps es el pastor y líder principal de la Iglesia Bautista de Westboro, una institución religiosa conocida por sus posiciones extremas en contra de la homosexualidad. Un fundamentalista religioso homofóbico, en resumidas cuentas.
  10. Interpretado, a falta de una traducción literal de hateful scumbag.

Bajo el título en inglés “We’re meddlesome” (publicado originalmente el 28 de diciembre de 2011 en Pharyngula); traducido con previa autorización del autor por Tonatihu Díaz, disponible también en Drops on the Moon.

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